En este momento...
En casa con labores pendientes.
Fecha y hora: 7 de febrero 2008, 20:00hrs
Estado de ánimo: No sé.
Canción que escucho: Falling away whit you - Muse
Clima: Noche templada/con viento.
...
Desperté pasado el medio día, el cielo estaba tan sombrío que pareciera casi anochecía, el despertador del buró y el reloj de la pared marcaban la misma hora, me despreocupe y continué durmiendo, durante tres horas dormite intermitentemente con sueños entrecortados, renuncie a la calidez de la cama para dirigirme hacia el refrigerador, directamente consumí algunas verduras y frutas al azar que facilitaba con grandes tragos de leche directamente del empaque, al cerrar el aparato había consumido el desayuno, la comida y tal vez la cena.
Mientras el agua caliente caía y el vapor inundaba la ducha recordé su rostro blanco, no el rostro fugaz del pasado, ella es tan real como yo lo admita, existe en forma abstracta pero explicable, quizá no para mí, pero explicable sin duda para quien quisiera entender, me causa una enorme contradicción, me sé de cierto fantasioso y obsesivo, sin embargo verdaderamente me emociona y me excede intelectualmente, maldeciría equivocarme esta ocasión.
Comencé a disfrazarme tan lento como soportaba el frió de la tarde, casi a simetría de la música que sonaba en la PC, mis mejores compañeros, un vaso de whisky y media cajetilla de cigarros que quisiera nunca se terminasen, me miro al espejo para amoldar el cabello y sólo logro recordarme como el tortuoso radical y complicado que siempre he sido, como un desconocido, solo percibo una mirada familiar que dice “soy un monstruo, quiéreme aunque sea por un momento”
Estoy un poco mareado por el efecto del alcohol, estoy a punto de salir a la cita, el cielo negro comienza a destellirse, y el agua cae en gruesas gotas y se pierde el horizonte, creo será de esas tormentas interminables, el aire con olor a tierra mojada entra por la ventana trayendo su rostro blanco, me pregunto ¿Dónde esta?, ¿Qué hace?, el maldito móvil suena exigiendo atención, sólo dice “Estos saliendo, llueve horrible, te espero... besos” con gesto de molestia en la cara pronuncio en voz baja “¿Por qué horrible?... que estupidez”.
Estoy atrasado diez minutos y no cesara la lluvia, no voy a ir a la cita, usare de pretexto a la “horrible lluvia” eso si la vuelvo a ver, necesito abrir la ventana completa, aproximar el sofá y sobre todo requiero más whisky, el móvil vuelve a inquietar con un “Ya llegue, te espero”, hago a un lado el molesto aparato, estoy solitario pero enormemente feliz, aunque ella es una contradicción buscare una excusa para justificarla, ella es casi perfecta e intocable, no deseo abandonarla, estoy dispuesto a jugar otra vez el delicado juego del dolor, el malévolo cacharro vuelve a molestar con un “¿Dónde estas?” Sonrió y pienso... me acabo de mudar, estoy del otro lado del mundo.
Mientras el agua caliente caía y el vapor inundaba la ducha recordé su rostro blanco, no el rostro fugaz del pasado, ella es tan real como yo lo admita, existe en forma abstracta pero explicable, quizá no para mí, pero explicable sin duda para quien quisiera entender, me causa una enorme contradicción, me sé de cierto fantasioso y obsesivo, sin embargo verdaderamente me emociona y me excede intelectualmente, maldeciría equivocarme esta ocasión.
Comencé a disfrazarme tan lento como soportaba el frió de la tarde, casi a simetría de la música que sonaba en la PC, mis mejores compañeros, un vaso de whisky y media cajetilla de cigarros que quisiera nunca se terminasen, me miro al espejo para amoldar el cabello y sólo logro recordarme como el tortuoso radical y complicado que siempre he sido, como un desconocido, solo percibo una mirada familiar que dice “soy un monstruo, quiéreme aunque sea por un momento”
Estoy un poco mareado por el efecto del alcohol, estoy a punto de salir a la cita, el cielo negro comienza a destellirse, y el agua cae en gruesas gotas y se pierde el horizonte, creo será de esas tormentas interminables, el aire con olor a tierra mojada entra por la ventana trayendo su rostro blanco, me pregunto ¿Dónde esta?, ¿Qué hace?, el maldito móvil suena exigiendo atención, sólo dice “Estos saliendo, llueve horrible, te espero... besos” con gesto de molestia en la cara pronuncio en voz baja “¿Por qué horrible?... que estupidez”.
Estoy atrasado diez minutos y no cesara la lluvia, no voy a ir a la cita, usare de pretexto a la “horrible lluvia” eso si la vuelvo a ver, necesito abrir la ventana completa, aproximar el sofá y sobre todo requiero más whisky, el móvil vuelve a inquietar con un “Ya llegue, te espero”, hago a un lado el molesto aparato, estoy solitario pero enormemente feliz, aunque ella es una contradicción buscare una excusa para justificarla, ella es casi perfecta e intocable, no deseo abandonarla, estoy dispuesto a jugar otra vez el delicado juego del dolor, el malévolo cacharro vuelve a molestar con un “¿Dónde estas?” Sonrió y pienso... me acabo de mudar, estoy del otro lado del mundo.
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