Victoria

No la conocí una noche de lluvia ni en un bar sombrío como los que solía frecuentar. Hace no tantos años sentado en el parque me dio un papelito que decía: me llama Victoria, voltee y no lo podía creer, ella era bellísima, hasta el día de hoy me cuesta creer en verdad haya existido ese momento, he llegado a pensar que morí  súbitamente y por mis buenas acciones mi paraíso comenzó en ese mismo instante, y no exagero, lo que les contaré es cierto, ya sea en este mundo o en otro, pero de cualquier modo cierto.

Victoria es una mujer que no  es fácil describir, sus ojos son como un pozo claro que refleja la luna, son dulces, pero no tan dulces como sus ingles, la proporción áurea existió el día que un matemático soñador vio su rostro, ella es isométrica al mismo tiempo es también desigual, la ley de los tercios y el desenfoque no tienen ninguna influencia sobre ella, ella es perfecta,  a pesar de ello, sus fotos siempre deben ser retocadas, y es que no deseamos las imágenes den la vuelta al mundo y el jardín esté lleno de acosadores vestidos con gabardinas, o de curiosos con teleobjetivos en los techos de los edificios cercanos.

Victoria es hermosa, pero también es esplendida en sus actos, ella salvó de la hambruna a toda África con las orillas de pizza que no le gusta comer, y es una pena que ya no coma pizza por esa vez que encontró un tucán entre el queso y el jamón serrano, esa ocasión recuerdo que hizo un chiste trillado del tipo: camarero he encontrado una mosca, perdón, un tucán en mi sopa, todos reímos mucho, el saldo final no fue tan grave; un par de ancianos que murieron felices y la tienda de pantalones de al lado tuvo grandes ventas. Desde entonces victoria hace la comida en casa, sus ensaladas son tan magnificas que se no se pueden comer sin tomar una Coca Cola y cuando ella prepara soya sabe a ternera o lechón, sin mencionar que una vez que Victoria pone el sartén en el fuego águilas, gorriones y pelicanos rompen las ventanas para posarse sobre él.

Pero Victoria también tiene un lado oscuro, por ejemplo, cuando Jesús murió por los pecados de la humanidad, esa tarde Victoria no dejo de caminar en círculos y decir que ese era un acto en extremo pretensioso, tanto así que esa misma tarde fingió su muerte y restituyo cada uno de los pecados perdonados. Estuvo más tranquila pero aún a veces se reprocha no haber podido igualar tal acto, y es que saben, ella no puede morir, una vez hace mucho lo intentó con todas sus ganas y terminó por joder a toda una especie de grandes lagartos, en su terquedad lo intentó una vez más, fue más prudente y usó más técnica que fuerza, pero no, de aquel  incidente en esa isla del atlántico mejor no hablaré en esta ocasión.

 Se preguntaran de la vida sexual de Victoria, y vaya, yo puedo describir los hechos solamente, me es imposible dar comparativas, desde la primera vez que leí el papelito en el parque, he olvidado a toda mujer y todo encuentro sexual que he tenido, de algún modo volví a ser virgen, por suerte no fue por mucho tiempo,  minutos más tarde me desvirgo en el quiosco de ese mismo lugar, a la vista de la multitud, recuerdo que en ese momento las personas aplaudían, y las madres cargaban a sus hijos en sus hombros para que tuviesen una mejor vista, los trabajadores municipales se movían como locos para instalar las pantallas gigantes y las multitudes no se apretujaran en el centro. 

Dicen en evento fue de tal magnitud que todos los canales televisivos se enlazaron e interrumpieron la programación habitual, en las redes también fue una sensación, hubo casos alrededor del mundo de adolescentes que se mutilaron el miembro o se dislocaron algún  hueso del carpo, y digo dicen, porque yo caí inconsciente después de algunas horas, mi último recuerdo es la lluvia de flores y osos de peluche que el público arrojaba sin parar. Desperté meses después aún adolorido en la cama de un hospital, todo fue confusión, pensé era un héroe de guerra por las múltiples medallas y condecoraciones de todo tipo, había medallas al honor, al valor, un honoris causa y hasta un documento religioso de un proceso canónico.

Victoria estaba dormida a mi lado con la boca abierta, la vi y de inmediato recuperé todo recuerdo, me tocó e inmediatamente el dolor desapareció, tiempo después le pregunté porque me dejo inconsciente tantos meses si podía haberme despertado, simplemente se rió y dijo que era por puro ego .He hecho extensivo ese primer encuentro, para no aburrirlos dejaré para otra ocasión la anécdota de las pelucas, la del cactus, la de la zarigüeya y la de nuestro primer aniversario, ésta última en verdad tenía muchas ganas de contárselas.  

Escribo de Victoria, sé es una obra que nunca terminaré, ella es infinita. Es muy tarde y la noche es fría, Victoria entra, en una mano sostiene una taza de té y en la otra un frasco de mermelada, se acerca y yo la abrazo por las nalgas mientras recargo mí cabeza en su vientre, como una concha de mar se escucha el océano, todos los océanos al mismo tiempo, los mares extraterrestres inclusive. Victoria me dice quiere comer pan con mermelada pero no puede abrir el frasco, de un giro la tapadera cede y al escuchar el plop sé he salvado al universo entero. Victoria se acerca a la puerta, está a punto de salir de la habitación y yo temo la habitación sea tragada por la nada, mis apuntes amontonados, la taza de té y yo.