Tristeza

Y el espejo ya no me dice nada, no encuentro al ser de mirada triste que a veces me sonreía, lo vuelvo a ver, soy culpable, he omitido y desairado al mundo en el que un día viví, esta ocasión me he golpeado con tanto fuerza, sólo intentaba sacudir una idea estúpida que se poso sobre mi cabeza, ahora solo soy un sobreviviente de un sábado triste que ayer paso, soy mi inclemencia y el deseo asfixiado entre cuajos de sangre, bachas y botellas de alcohol vacías.

No me digas que me calme, no me digas que todo esta bien, no hoy no, guarda tus miradas subterráneas y tú retorica complaciente, tus mentiras que antes aplacaban mi irascible ira, ahora sólo me recuerdan una realidad descontinuada, pero vaya, linda sabes que hay cosas que las palabras no dicen, nada, nada que tengas puede complacer mis deseos carnívoros, sólo por hoy me niego a todo hecho forzado por extraordinario que sea.

El día es gris, debajo del cielo respirare la última bocanada de aire húmedo, me sentare a esperar una vez más, repasare los pasos que he camino y recogeré los recuerdos desahuciados, al final no importa, no importa que amontone los cadáveres, aun así no podre tocar lo que fue, los lugares siguen vacios sólo con un olor conocido, de rostros heridos e infinita lluvia en todo el lugar.