Al menos lo intente.

Cuando había decidido escribir unas cuantas líneas que dijeran algo, aunque lo dijeran mal y no tuvieran más justificación que el buen habito de practicar la escritura, las letras y los párrafos se borraron de reversa, ya no están, estoy “tablas” como cuando me “entablo” con el alcohol y a pesar de beber y beber pierde efecto sedante, divertido y hasta romántico, y únicamente queda el malestar, pierdo el gusto por hacer lo que antes disfrutaba y sé que hoy no será mi día más versado y genial.

Nadie podrá culparme, lo intente una vez más y estoy convencido que no existe en este momento mejor forma de hacerlo, de motivar a las voces dentro de la cabeza, hacerlas que digan guarradas y sandeces para que me den algo que pensar, por otro lado ni siquiera tengo ganas de criticar a nadie aunque vaya que candidatos hay muchos y lo merecen, no como critica destructiva más bien como corto relato de la imbecilidad humana, en el cual por supuesto me incluyo y encabezo.

Es que en verdad que caso tiene, otra vez narrar mis desencuentros e historias personales disfuncionales desde puntos de vista imaginarios y descontextualizados, vaya sé que una vida al final son pequeños trozos que se unen y se necesitan de una vida para vivirlos y de otra para recordarlos, también sé que no es importante que escriba o no lo haga, haa y para acabarla de chingar estoy aquí escribiendo sobre que no puedo escribir, hoy publicare eso es seguro, ¿Qué puedo decir yo? ¡Son pendejadas, ni modo!